viernes, 7 de septiembre de 2012

Día 25: Bruselas, 3 horas andando hasta el atomium

Aquí estoy de nuevo para contar cómo fue nuestra última ciudad...

Pues veréis, fuimos prontito a la estación de Brujas para coger el tren a Bruselas, y no tardamos nada en llegar.

Bajamos en la estación del Norte, donde una señora nos dijo que el atomium estaba "muy lejos", a eso de  1 hora andando, que cogiéramos el tranvía para llegar y blablablá. Pero después de lo que habíamos andado durante todo el InterRail, una hora nos parecía muy poco, así que nos dispusimos a ir andando con nuestras mochilotas hacia el monumento.

La señora se equivocó, eran 3 horas. También cabe destacar que nos perdimos un poco.

Durante el viaje pudimos ver los pabellones del Lejano Oriente y muchas estatuas bonitas, pero estábamos tan hechos polvo que no permanecimos mucho allí.

No pudimos comer, porque llegamos a una hora en la que casi absolutamente TODO estaba cerrado (Holanda y Bélgica son países con horarios comerciales MUY cortos, abren a las 10h y cierran a las 18h normalmente, y claro, comen a las 11h, así que no esperes ver ni un bar ni nada abierto más tarde de las 12h)

Tras 3 horas de andar sin apenas parar, llegamos al Atomium. En ese momento Javi decidió volverse a Brujas porque se había dejado una sudadera de Oxford que le habían regalado unos amigos suyos, así que él y los chicos, que amablemente se ofrecieron a acompañarle, se volvieron lo antes posible para poder recuperarla a tiempo, y lo consiguieron, gracias al amable recepcionista del hostal en el que habían dormido.







Mientras tanto, nosotras disfrutamos de un rato tiradas por el césped del atomium y más tarde nos fuimos en metro al centro, tras habernos tomado un helado para calmar un poco el hambre.

Una vez en el centro buscamos un KFC, pero resulta que allí no hay, por lo que nos digeron, y tampoco hay McDonalds, así que tuvimos que ir al sucedáneo de McDonalds de allí, que es realmente un McMierda, porque las hamburguesas bien podían estar echas de ceniza que iban a saber igual que las salchichas alemanas, pero bueno, era el último día y no estábamos para broncas. Por cierto, esa mierda de restaurante de comida rápida se llama "Quick", os lo digo para que si alguna vez viajáis a Bélgica NO comáis allí, es caro, poco y malo.

Nos quedamos en el restaurante un buen rato y luego salimos a comprar chocolate, ver el meniken pis (que es más pequeño que el de Parque Europa en Torrejón) y dar una vuelta por la ciudad.

La gente muy maja, aunque nos miraban mucho y a veces eso era incómodo, pero bueno, nos trataron muy bien, todos muy majos.

Luego vinieron los chicos, algo tarde, y se dieron una vuelta rápida por la ciudad mientras nosotras cuidamos sus cosas.

Al final del día nos fuimos todos juntos al aeropuerto... y la crónica del aeropuerto la escribiré ya entera en el día 26 :)

martes, 4 de septiembre de 2012

Día 24: Brujas, me la esperaba más Medieval

Dámaris, ¡aquí de nuevo! Bueno, pues de Rotterdam nos marchamos a Brujas, yo iba malita y prácticamente de empalme. El tren tuvo nosequé problemas y por culpa de ello perdimos el tren que había para hacer trasbordo en Amberes, lo cuál nos dio la oportunidad de poder ver levemente la ciudad (vimos el barrio chino y ya, vaya. La estación estaba justo al lado del Zoo.)

Tras esto seguimos el trayecto en tren hasta Brujas.

Una vez allí, como estábamos en hostales diferentes, nos separamos para ir cada uno a su sitio y decidimos que nos reuniríamos más tarde, después de haber dejado todo en el hostal y haber descansado algo, y sobre todo... ¡haber comido!

Las chicas tomamos unos panninnis, creo y unos gofres,que deben ser muy típicos de Bélgica, porque están por todas partes y de combinaciones muy variadas, de hecho vimos gofres que eran obras de arte, pero eso sí ¡caros como ellos solos!

Cuando nos juntamos todos recorrimos la ciudad, esperábamos algo más medieval, pero era más bien romántica.




Solo estuvimos un día, así que tampoco dio tiempo a verla en condiciones... bonita, pero me la imaginaba mejor... a lo mejor no estuve suficientemente tiempo como para que me pareciera realmente preciosa, en fin, qué más dará ya.

Quizás no soy la más adecuada para narrar este día porque estaba yo algo así como medio muriéndome de lo mala que estaba y de que me dolía todo y encima tenía frío hasta cuando hacía calor, pero bueno, nos compramos unos souvenires guays :)

lunes, 3 de septiembre de 2012

Brujas y Bruselas

Pues de Rotterdam marchamos a Brujas, un "pueblecito" (y lo pongo entre comillas porque tienen un concepto de pueblo  bastante diferente al nuestro) muy cuco y romántico  de Bélgica. Yo iba muriéndome por el camino porque la noche anterior me había bajado la regla, y entre eso y los mosquitos de Rotterdam, me había sido imposible dormir nada,  así que llevé un viaje un poco choff.

La separación en el grupo fue muy visible cuando al coger un tren los chicos decidieron sentarse más allá de nosotras pudiéndose sentar al lado... la verdad es que ya se me ha pasado el enfado con el que volví y ahora me parece todo esto muy surrealista.

Hicimos un breve trasbordo en Amberes y de paso visitamos la ciudad del Tratado, ya que el tren llegó tarde y por su culpa perdimos el tren y tuvimos una hora libre para darnos una vuelta por ahí, aunque no fuimos muy lejos, no más allá del Barrio Chino.

Al fin llegamos a Brujas y nos dirigimos cada uno a nuestro correspondiente hostal, por separado.

Estuvimos en un HiHostel, así que a la mañana siguiente nos pusimos hasta las cejas en el desayuno.

Brujas era muy bonita, pero me la habían descrito tan bonita que no me resultó "tan" bonita. Sinceramente, era igual que la parte antigua de Rotterdam. Brujas es la típica ciudad donde grabaría una peli ambientada en  una época romántica, pero no pasaría allí mucho tiempo, la verdad, he visto ciudades más antiguas y más cucas.

De allí fuimos a Bruselas, y andamos desde la Estación del Norte hasta el Atomium (3 HORAS A PIE CON EL CALOR, LAS MOCHILAS Y SIN COMER) mientras discutíamos en el grupo. Yo estaba con la regla así que pasaba de todo. Por el camino vimos algún pabellón de los que representan otros continentes y eso...

Y fue llegar al Atomium para que Javi decidiera volverse hasta Brujas para recuperar su sudadera.

Nos quedamos las chicas solas, como siempre, pero así nos sentíamos más a gusto, la verdad.

Bajamos en metro hasta el centro de la ciudad. Allí compramos del típico chocolate (que es caro) y nos fuimos a comer al sucedáneo de McDonalds que tienen por ahí, que la verdad, es una birria comparado con el McDonalds (y eso ya es decir...) y tuvimos nuestro almuerzo a las 5 de la tarde.

Luego nos dimos una vuelta por la ciudad, y os garantizo que la gente de Bruselas es muy rara, todo el mundo se nos comía con los ojos y hubo quienes incluso  se nos acercaron a hablar (es la última vez que escribo mi nombre en una mochila, les da ventaja a la hora de hablarme¬¬) en plan de ligoteo que si te invito a tal que si te invito a nosecuál... en fin, estuvo divertido, especialmente por un grupo de turistas que iban con guía y nos señaló diciendo "veis, estos son los típicos mochileros... blablablá" y nos hicieron una entrevista completa en plan de "¿De dónde sois? ¿Cuántos meses lleváis de viaje? ¿Habéis venido andando?  ¿Qué coméis? ¿Es dura la vida de un mochilero?" y nos tocaban y palpaban como si fuéramos algo nuevo para ellos, como una reliquia que les daría suerte en su viaje.

Todavía me acuerdo del guía del grupo señalando nuestras playeras y explicándoles "¿Veis? Este es un calzado típico blablablá preparado para caminar blablablá que aquellos que viajan durante meses blablablá..."

Ahora sé como se deben de sentir los animalitos de los documentales de la 2 cuando hablan de ellos... (o más bien, cómo se sentirían)

Casi todo en inglés, claro, chapurreaban un español con acento de Oriente Próximo.








Luego nos reunimos con los chicos, ellos se fueron a ver lo que pudieron de la ciudad y nosotras guardamos sus cosas. Al final nos fuimos todos juntos al aeropuerto, donde ellos durmieron casi todo el rato, yo dormí porque estaba mala (descompuesta totalmente, y además en cuanto llegase a casa iba a salir) y Bety y Eri sufrieron de una noche de empalme y hambre en soledad...


Para saber "más" (y lo pongo entre comillas porque no creo que haya mucho más que contar) hacer click en:




¡Por fin he puesto los links!

domingo, 2 de septiembre de 2012

Día 23: ¿La playa? Vaya... vaya.

Hola interraileros, aquí Dámaris para contar de lo poco que se acuerda de este día en Rotterdam...

Pues veamos, si no recuerdo más,  nos juntamos con los chicos justo el día anterior. Ellos, que aún no habían visto Rotterdam, decidieron irse por su cuenta en bici a ver la ciudad, mientras que nosotras, que habíamos tenido una mala experiencia con la bici (bueno, realmente sólo la había tenido Eri, ya que tenía el tobillo mal y la bici era muy alta, y además funcionan diferente a las de aquí, ya que... ¡¡pedaleando hacia atrás se frena!!) decidimos ir a la playa de Rotterdam.

Yo sabía, por lo que mi hermana me había contado (ella estuvo en Rotterdam justo un mes antes que nosotros) que Rotterdam era una ciudad industrial, ya que todo lo que venía por el mar del norte se descargaba aquí. Sabía que tenía que haber una "Playa".

Pero la "playa" no era como nos lo imaginábamos, para nada. Tengo que admitir que dí mucho la tabarra para ir a bañarme, y que tuvimos que andar muuuuucho (gracias a las indicaciones de un señor to' pedo que no le entendíamos ni una mierda y se descojonó cuando nos dijo "hacia ese lado" y nosotras nos fuimos hacia el contrario... en realidad no es que no le entendiésemos, es que nos queríamos alejar de él) para que al final no me bañase.

Es que era  un lago muy bonito, pero la parte donde se bañaba la gente era muy rara. Además, el bikini me quedaba pequeño por la parte de abajo y si no tenía cuidado a la mínima se me bajaba, y claro... después de estar como 22 días sin tocar un piscina ni una playa, pos como que no me había depilado y no estaba en condiciones de que se me bajara el bikini.
Y es cierto también que había algas raras y barro que flotaba. Pero la verdad es que lo de bonito no se lo pueden quitar. Al final me metí (me obligaron), pero poquito. Pisar un suelo tan suave me daba algo de grimita.

Luego nos quedamos todas tomando el sol, que no habíamos tomado bien poco durante el interrail, ya que cuando íbamos el grupo entero no parabamos para nada. El aire de la playa se inundaba con un fuerte olor a porro y música reggae-bakala-hardcore-de todo, vamos.

Se estaba a gustito. Cuando ya no soportamos más el sol, nos volvimos hacia el albergue, y nos metimos un buen helado del McDonalds, lugar en el cual nos encontramos con un grupo de turistas hispanos. Después volvimos al alberque e intentamos ver Thor (la peli) pero entre que si no se cargaba, que los de al lado hablaban y que no sé qué, no se pudo. La íbamos a haber dejado cargando, pero no me acuerdo qué pasó (probablemente culpa mía) que la carga se fue a la mierda.

También conocimos a una chica española, de Galicia, que ahora estaba trabajando en el albergue. Hay muchos españoles moviéndose a Rotterdam y otras zonas de Holanda con esto de la crisis, por lo que nos contó.

Y mientras tanto, nuestros chicos casi se matan con la bici, por lo que volvieron antes (es que la bici de Mariano se caía a cachos, o algo de eso) y cansados de ellas.

Nada más interesante que contar de ése día, a parte que luego por la noche me puse yo malita y si no recuerdo mal Bety me ayudó...

Por culpa de estar malita dormí de pena, y con lo que nos esperó al día siguiente...